domingo, 4 de agosto de 2013

San Valentín número 17 sétima parte


En realidad hacer el amor tenía muchas más cosas de las que él imaginaba. Su padre se había quedo corto durante los 15 minutos de conversatorio. Se debía sentir muchas cosas por la otra persona para que fuese mágico, casi irreal. Acaricio el hombro expuesto de Lali que yacía a su lado sumida en un profundo sueño.
 
¿Habían quedado claros sus sentimientos? Esperaba qué sí, durante toda la noche no tuvo la menor oportunidad para aclarar las cosas, incluso había intentado decirlo cuando estaba encima de ella, pero le pareció un tanto difícil, puesto que no sabía cómo expresarlo, así que había utilizado sus manos y sus besos.
 
El ruido en la ventana hizo que saliera de todas aquellas meditaciones de sujeto enamorado. Alguien a fuera estaba a punto de romper en miles de fragmentos el enorme ventanal de su habitación. Con sigilo se asomó y comprobó que las cosas estaban realmente mal, abajo envuelto en un gigante abrigo estaba Gaston.
 
Se acerco a la cama y con un fuerte beso en los labios despertó a su bella durmiente, la cual estaba bastante ajena al problema mayúsculo aparcado en su jardín.
 
- ¿Qué pasa? – pregunto Lali, al ver a Peter  ir de un lado a otro buscando ropa y cuanto se le cruzara por el camino.
 
- Tu hermano está abajo - Solo esas palabras bastaron para que ella comenzara hacer lo mismo. Una cosa era ver una película con tu mejor amigo y otra muy diferente hacer “aquello” con tu mejor amigo. Inmediatamente se sonrojo al recordar cada detalle.
 
- ¿Dónde están tu zapatos?
 
- No importa - dijo Lali mientras se pasaba el vestido por la cabeza - asómate y dile que ya bajamos.
 
Peter saco su cabeza por la ventana y estuvo a punto de recibir una minúscula piedra entre los ojos.
 
- ¿Qué tanto hacen ustedes dos? – Gaston sonaba bastante molesto, había tenido que suspender su cita de San Valentín después de recibir la llamada de su madre. La pobre mujer sonaba angustiada, Lali había salido desde la tarde y aun no había regresado a casa, así que él cómo hermano mayor tenía que buscarla, y él sabía cual era el único lugar dónde ella podía estar.
 
- Durmiendo - dijo Peter, esa era la verdad a medias.
 
- ¡Dios! Y mi madre preocupada.
- ¿Qué te dijo mamá? – Lali se había asomado a la sola mención de su progenitora dejando ver su cabello aun revuelto.
 
- Qué no sabía dónde diablos estabas ¿Pueden bajar? Me estoy congelando aquí abajo.
 
Al abrir la puerta un Gaston a punto de la hipotermia irrumpió en el lugar, se dejo caer cómodamente en el sillón y espero a que su hermana se pusiera los zapatos. Había algo extraño en el ambiente. Peter miraba raro a Lali y está se estaba colocando colorada.
 
- ¿Qué te regalo Peter? ¿Otro balón de baloncesto? - Lali miró a su hermano, quién siempre tenía la facultad para hacerla perder el hilo de sus pensamientos.
 
- Todavía no se lo entrego – Peter rebusco entre sus bolsillos el presente de Lali, pero recordó que durante los hechos pasados pudo haberlo perdido.
 
- ¿Entonces que tanto hicieron?
 
- ¡Dios! Eres tan molesto – Lali le lanzó una mirada asesina - comimos y vimos una película. Punto - se termino de calzar los zapatos y con un solo tirón saco a su hermano del sillón.
 
- Suéltame enana, me estas lastimando - y cuando estuvo en la puerta se giro para gritar a su amigo - mañana nos vemos en la cancha ¿juegas verdad? - Peter asintió con la cabeza y los  vio partir. En ese momento se dio cuenta de que no era solo un noviazgo  de adolescentes, quería algo más, quizás un “para toda la vida”.Perdón! Bueno acá esta soló creo que falta uno 

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